Las Fiestas del Ramo son exclusivas de La Gomera. El Ramo se celebra en diferentes localidades de la Reserva (Arure, Taguluche, Valle Gran Rey). La fiesta consiste en realizar un ramo con frutas y flores que se ofrenda al santo o virgen cuya festividad se celebra, ya que dependiendo de la localidad puede ser San Juan o la Virgen de la Salud, por ejemplo.
El Ramo en Arure lo confecciona una familia en cumplimiento de una promesa y al finalizar la fiesta lo deposita en la casa de la familia que lo va a elaborar el año siguiente, simbolizando el traspaso de la tradición. El Ramo participa en las celebraciones religiosas, ya que se ofrenda en el templo y posteriormente sale en procesión con la imagen sagrada.
La incorporación de La Gomera a la agricultura de exportación hizo necesario disponer de lugares para el embarque de la fruta. Lo escarpado de la costa y las características del mar hicieron que se optase por construir pescantes en la costa norte. Los pescantes son estructuras con apoyos que se internan en el mar, finalizando con un voladizo que permite la descarga sobre las embarcaciones, muchas veces falúas que luego trasbordaban a los barcos que no podían acercarse a la costa.
El primer pescante fue el de Vallehermoso a finales del siglo XIX al que se conoce popularmente como “el castillo del mar”, que fue arrasado por un temporal en los años 50 que arrasó con su estructura de madera.
El segundo pescante fue el de Agulo. Con tres bases de piedra y estructura de madera, sujetada con tirantes de acero, que data de 1908.
El tercer pescante fue el de Hermigua, y ya se construyo completamente con una estructura metálica que llegó desde Inglaterra. Posteriormente en los años 20 se inició la construcción de un segundo pescante con 4 grandes prismas en piedra los 3 primeros y el último en hormigón, al que la crisis de los años 30 paralizó sin que se finalizasen las obras.
Este edificio que rodea un bello patio central está vinculado a los principales acontecimientos de la vida insular, como el paso de Colón en su aventura americana, residencia de los Condes de La Gomera o víctima de ataques piráticos.
La fábrica actual, que data del siglo XVII, ocupa parte del espacio inicial y su elemento más característico es el pozo localizado en el patio, al que la tradición atribuye su uso por la flota colombina en el Viaje del descubrimiento en 1492.
De ahí el nombre moderno de Casa de la Aguada, ya que tradicionalmente el inmueble era conocido como Casa de la Aduana. En sus estancias radicaba la administración de la isla y especialmente la gestión económica y el cobro de los diversos impuestos.
En la época de su construcción, esta edificación estaba en primera línea de la villa y tenía una amplia perspectiva de la Bahía, el mejor puerto natural de Canarias para las embarcaciones a vela. Lo que lo hacía idóneo para esa función administrativa que incluía el control de la entrada y salida de mercancías a la isla.
Hoy, este edificio, que ha sido cuidadosamente restaurado, es parte de los monumentos que testimonian la importancia de San Sebastián de La Gomera en la aventura colombina y en los inicios del poblamiento de las Indias, primer nombre del continente americano.
Esta torre es posiblemente el edificio más antiguo de Canarias, levantado por Hernán Peraza el Viejo en torno a 1450, concebida para defensa frente a los aborígenes que como baluarte defensivo a ataques marinos.
La fortaleza es de estilo gótico, y su estructura es muy similar a otras construcciones militares de la Península, como la Torre del Merino en la localidad cántabra de Santillana del Mar.
Actualmente está en muy buen estado, pero a lo largo de la historia paso por épocas de penuria; en el siglo XVIII tras ataques piráticos estaba con el interior semiderruido, mientras que en el siglo XIX vuelve a estar en un estado precario, siendo reparada ya que es parte del acuartelamiento de la isla. En la segunda mitad del siglo XX se adjudica al Cabildo de La Gomera, que inicia su rehabilitación como monumento colombino.
La casa de Colón es uno de los edificios sobre los que se articula la oferta turística de ruta colombina de San Sebastián de La Gomera. Es un edificio de dos plantas del siglo XVII, en buen estado de conservación, que actualmente desempeña una función cultural, pero sin vinculación directa con su papel con la estancia de Colón en sus viajes a las Indias.
Tampoco la casa actual fue la que vio Colón –si realmente es cierto que realmente estuvo aquí- ya que su fábrica es posterior, si bien mantiene el solar donde estuvo la originaria, a la que tradicionalmente se ha atribuido el rol de residencia del Almirante en una estancia liminar, que se ha fijado entre 1477 y 1485, dentro de sus periplos portugueses
Es el principal templo de la isla, nada queda de su fábrica original del siglo XV, que ya fue ampliado en el XVI seguramente hasta las tres naves de la iglesia. El actual templo comienza a erigirse tras la razzia de piratas berberiscos de 1618 que asolan la villa y se amplía en el siglo XVIII. Es una mezcla de estilos, con una fachada con elementos góticos y ascendencia portuguesa. Del interior destaca su coro elevado en la nave del evangelio.
Agulo está ubicado al norte de la isla, estratégicamente situado entre Hermigua y Vallehermoso. Con una extensión de 25,39 kilómetros cuadrados, este municipio, que alberga a unos 1.108 habitantes, ofrece una combinación de paisajes naturales y riqueza cultural.
Históricamente, Agulo ha sido un municipio predominantemente agrícola. Durante el siglo XX, el cultivo del plátano tuvo un gran auge, convirtiéndose en una de las principales actividades económicas de la zona. Aunque hoy en día este cultivo está en recesión, los habitantes de Agulo han sabido adaptarse y diversificar su economía, manteniendo vivas sus tradiciones agrícolas.
Uno de los elementos más característicos de Agulo son sus cultivos en bancales. Estos sistemas de terrazas escalonadas no solo son funcionales, permitiendo el cultivo en las laderas montañosas, sino que también ofrecen un paisaje visualmente impresionante, reflejando el ingenio y la adaptación de sus habitantes a la orografía del terreno.
El casco histórico de Agulo es de enorme interés. Pasear por sus calles empedradas es como viajar en el tiempo, con su arquitectura tradicional canaria de los siglos XVIII y XIX. Este entorno bien conservado ofrece una ventana al pasado, permitiendo a los visitantes experimentar la autenticidad y el encanto de épocas anteriores.
Además, Agulo cuenta con una serie de miradores desde donde se puede disfrutar de vistas panorámicas espectaculares, tanto de la costa como del interior de la isla. Lugares que se prestan para capturar la belleza natural del lugar en fotografías o simplemente relajarse y contemplar el paisaje.
Alajeró está situado en la zona sur de la isla, entre los municipios de Vallehermoso y San Sebastián. Con una extensión de 49,43 kilómetros cuadrados, este municipio alberga a una población de aproximadamente 2.071 habitantes.
Uno de los puntos más destacados de Alajeró es el puerto pesquero de Playa Santiago. Este puerto no solo es un lugar clave para la actividad pesquera, sino también un punto de encuentro para los amantes de los deportes náuticos y los turistas que buscan disfrutar de las tranquilas aguas y las diversas playas de la comarca. Playa Santiago se ha convertido en un destino turístico popular, conocido por su clima, su encanto costero y un ambiente relajado.
Otro aspecto importante de Alajeró es la presencia del aeropuerto de la isla, que facilita el acceso y la conectividad con otras islas y destinos. Este aeropuerto es una infraestructura vital que impulsa el desarrollo económico y turístico del municipio, haciendo de Alajeró una puerta de entrada conveniente para los visitantes.
Además, Alajeró cuenta con un patrimonio cultural y arquitectónico significativo. Sus caseríos están adornados con construcciones tradicionales, plazas acogedoras y una iglesia, la de El Salvador, en la que destaca su fachada de cantería. Los visitantes pueden disfrutar de caminatas por los senderos que rodean el casco, conocer el drago de Agalán por ser el más antiguo y de mayor envergadura de la isla, así como descubrir la historia y las tradiciones que aún perduran en este encantador pueblo.
Los aborígenes de la isla son conocidos como gomeros, y comparten con el resto de las poblaciones prehispánicas de Canarias el origen norteafricano. Hay incertidumbre sobre la fecha de llegada, que se estima en torno al comienzo de nuestra era, entre 1400 y 1800 años antes de la Conquista.
En el momento de la Conquista, en el siglo XIV, la isla parece estar dividida en cuatro bandos, que se asientan territorialmente en los grandes barrancos de La Gomera. La economía es eminentemente ganadera , seguramente con una agricultura menos importante y completando la dieta con los frutos de la recolección.
La habitación se repartía entre pequeños poblados con estructuras de tendencia circular y cuevas en laderas de barrancos; respecto a las creencias, los gomeros parece que tenían una religión astral con una serie de montañas sagradas.
El museo arqueológico insular se encuentra en San Sebastián, en la Casa de Los Echevarría en la Plaza de la Iglesia de la Asunción.
Algunos de los más importantes yacimientos arqueológicos de La Gomera son el pico del Alo de Garajonay, los concheros como el de Bejira en la costa norte de Vallehermoso, la Fortaleza de Chipude con presencia de aras de sacrificio, los grabados rupestres y el poblado de Los Juros, en Alajeró.
Hermigua es un municipio que se sitúa en la zona norte de la isla, concretamente ubicado entre San Sebastián y Agulo. Con una superficie de 39,67 kilómetros cuadrados, Hermigua alberga a una población de aproximadamente 1.887 habitantes.
El corazón de Hermigua es el majestuoso Valle de Hermigua, uno de los grandes barrancos de la isla. Este valle es fundamental no solo por su impresionante paisaje natural, sino también por su relevancia histórica y económica. A lo largo de los años, el cauce del valle ha sido una de las principales zonas de cultivo de La Gomera, desempeñando un papel crucial en la agricultura local.
La disposición del poblamiento en Hermigua es peculiar y estratégica. Las viviendas están dispersas por las laderas del valle, permitiendo aprovechar al máximo la tierra cultivable. Esta distribución no solo maximiza el uso del terreno agrícola, sino que también le aporta al municipio un encanto particular, simulando un belén.
El clima en Hermigua es ideal para la agricultura, con temperaturas suaves y una humedad constante, favorece el crecimiento de diversos cultivos. Más recientemente, el valle ha sido conocido por su alfombra de plataneras que iba de cumbre al mar, aunque también se cultivan otros productos para autosuficiencia como papas, millo, uvas y frutas tropicales.
Uno de los atractivos más notables de Hermigua es su patrimonio natural y cultural. Los visitantes pueden explorar el Parque Nacional de Garajonay, que se extiende parcialmente dentro del municipio en la zona de El Cedro y Aceviños, destacando como un lugar de gran biodiversidad. Este parque es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y alberga una importante variedad de flora y fauna endémicas de la isla.
Hermigua, aunque presenta un ordenamiento disperso de sus barrios cuenta con lugares destacados como los núcleos del Convento con la parroquia de Santo Domingo de Guzmán del siglo XVI, la iglesia de la Encarnación en la parte baja del valle así como diversas casas señoriales que nos hablan de un pasado económico más próspero.
Además, Hermigua cuenta con una serie de rutas de senderismo que atraviesan sus paisajes montañosos y costeros, permitiendo a los visitantes disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad del entorno. La Playa de Santa Catalina y el antiguo pescante son lugares emblemáticos que combinan historia y belleza natural, perfectos para un día de exploración y relax.
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