Artesanía

El aislamiento secular de La Gomera hizo que desarrollará una fecunda artesanía para cubrir las necesidades de la sociedad insular.

Con el desarrollo económico del último tercio del siglo XX, estos oficios han ido quedando arrinconados, y hoy perviven como artesanía, vinculada tanto al suvenir turístico como al mantenimiento de la tradición ancestral, como en el caso del folclore del tambor.

Visitar los talleres artesanos y ver el proceso de elaboración es una experiencia para recordar, ya que no es extraño que los artesanos y artesanas compartan encantados su labor con los visitantes haciendo gala de la hospitalidad de la isla.

La cerámica gomera pervive en el centro locero del Cercado, que mantiene la tradición alfarera de formas globulares y coloración rojiza por el uso del almagre.

El telar gomero tiene  la singularidad local de que está construido con maderas de la laurisilva, frente al uso de la tea de pino de otras islas. Hoy su uso ha quedado limitado a la producción de traperas, elaboradas con retales de telas usadas.

La palmera también es utilizada en la artesanía gomera. Sombreros, esteras, alfombras, abanicos, bolsos, cestos son elaborados con el trenzado de las hojas, denominadas pencas de la palma.

Y el tambor, el baile por antonomasia de  la isla, con instrumentos de madera como son, además del propio tambor, la flauta y las chácaras.

El tambor es de tamaño mediano, recubierto con pieles de cabrito u oveja flaca. Al tambor le acompaña la chácara, de hueso o madera, que posiblemente tenga origen prehispánico.