Historia

La isla de La Gomera fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO el 11 de junio de 2012, convirtiéndose en la sexta Reserva del Archipiélago Canario.
La candidatura de La Gomera destacó numerosos factores positivos para lograr esta declaración: sus impresionantes paisajes, su rica biodiversidad y su extraordinario patrimonio cultural, tanto arqueológico como etnográfico. Estos valores están respaldados por el compromiso de los gomeros con el desarrollo sostenible y la preservación de los valores naturales. Un claro ejemplo de este compromiso es la conservación de la mayor mancha de laurisilva de Canarias, protegida en su mayoría por el Parque Nacional de Garajonay.
La Gomera también ha mostrado una trayectoria alineada con la filosofía del Programa Hombre y Biosfera (MaB) y las Reservas de la Biosfera. El “Ecoplan de la isla de La Gomera”, financiado por el MOPU en 1987, es un documento precursor de la filosofía del desarrollo sostenible y pionero en su concepto en España.
Además, la UNESCO ya reconocía los valores de La Gomera, puesto que el Parque Nacional de Garajonay forma parte de la lista de Bienes del Patrimonio Mundial desde 1986, gracias a su excepcional belleza natural y a su representación de los procesos ecológicos y biológicos de la evolución y desarrollo de los ecosistemas. Asimismo, el silbo gomero fue inscrito en 2009 en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, reconociendo su singularidad como el único lenguaje silbado existente y asegurando su continuidad.
La Gomera también se encuentra inmersa en la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS), cuyo objetivo es promover el desarrollo del turismo sostenible en los espacios naturales protegidos de Europa. Este compromiso reafirma el compromiso de la isla con la sostenibilidad y la preservación de su patrimonio natural y cultural.