Slow travel, una fórmula turística ideal para las Reservas de la Biosfera

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Quizás hayan oído hablar del movimiento «Slow Food». Y de los baluartes del gusto. Si es así, puede que ya les suene la filosofía lenta, surgida hace una veintena de años en Italia, como respuesta a la estandarización de la sociedad moderna.

El mundo slow se presenta como la alternativa al modo de vida rápido, que realmente es el american way of life.

El estilo de vida americano que predica la uniformidad, la fast food, el mall o centro comercial como centro de la vida social, con un modelo basado en las compras, cine, bolera o máquinas tragaperras y cena. Un modelo que no en La Gomera afortunadamente pero si en otros lugares, incluso en nuestras islas, ha ido atrayendo a amplias capas de la población.

Incluso en las zonas turísticas podemos ver este modelo bien implantado, especialmente en las grandes conurbaciones como Playa de las Américas, Maspalomas, San Bartolomé o Corralejo. Una fórmula turística que sin dejar de ser exitosa tiene un futuro limitado, porque el turimo está avanzando hacia nuevas fórmulas, basadas en lo que se denomina la experiencia, la memorabilidad y las emociones. Algo que es imposible experimentar delante de una hamburguesa en un centro comercial.

Una de las respuestas a esta homogeneización del turismo es el «slow travel», que parte de la filosofía del movimiento slow food, aplicándola a los viajes. La idea fundamental es que el viajero tenga la oportunidad de llegar a formar parte de la comunidad local, participando de sus actividades e integrándose click here con las personas y el lugar.

Slow travel parte de alojamientos de turismo rural o integrados en la población, nunca en resorts o apartamentos estandarizados; su alimentación es similar a la de la población local; su estancia no es corta, porque la lentitud requiere de tiempo, normalmente un mínimo de una semana, y se basa en descubrir el medio donde se pasa la estancia.

Esta filosofía es sin duda la de muchos de los visitantes de la Reserva de la Biosfera; nuestro reto es responder a este segmento de visitantes ofertándoles esos servicios y productos auténticos que les hagan sentirse parte de la isla. Lograr esa integración es la base de un destino turístico diferenciado, que huye de la estandarización, mantiene una escala humana y sabe aprovechar los recursos propios para trasmitirlos como un elemento diferenciador.

Incluso hay ciudades que se declaran slow, que aborrecen del tráfico excesivo, apoyan la peatonalización, son menos ruidosas, están menos contaminadas y son más verdes. Hay quienes para lograr esto tienen que hacer un esfuerzo y quienes lo tenemos actualmente y podemos mantenerlo y potenciarlo como nuestra Reserva de la Biosfera.

La Gomera lo tiene todo para ser un destino slow. Incluso nuestras carreteras ayudan a esta forma de entender el ocio. Si logramos que esta filosofía impregne nuestra sociedad, conseguiremos ser ese destino diferente, amable, espectacular y vivible, que dejará en la retina y en el corazón de nuestros huéspedes la sensación de que han disfrutado una experiencia irrepetible.

Queremos que nuestros visitantes al finalizar su estancia sean capaces de decir también somos biosfera!